Capitulo 2. El comienzo
Forzado a salir, y
agarrado del brazo de Shi Hoo, Ji Hwan abandonó la sala. Una vez
fuera de aquella habitación, Shi hoo soltó su brazo y caminó hacia
las sillas de la sala de espera, y sin dirigirle palabra alguna a su
amigo, se sentó apoyando su cabeza en las palmas de sus manos y
respirando hondo.
- Es todo lo que me faltaba… - suspiró con rapidez.
Shi Hoo que no sabía
como podía ayudar a su amigo se agachó hacia él dándole
palmaditas en la espalda intentando consolarle. Kang Ji Hwan que no
parecía estar a gusto sentado ahí se levantó y se dirigió de
nuevo a la habitación de la cual le acababan de sacar y donde
descansaba aquella extranjera, la cual nadie sabía aun su verdadera
identidad. Shi Hoo lo observó sabiendo a donde se dirigía.
- Ji Hwan tranquilízate.- cogiéndole por los hombros – de aquí poco nos informaran de su estado.
- Y si es algo serio? Que haré mañana con el viaje? No puedo cancelarlo debido al contrato.
Mientras conversaban,
salió el doctor revisando los documentos que tenía en la mano, Ji
Hwan al verlo caminó con pasos rápidos hacia él, pero el doctor
habló antes de que pudiera pronunciar palabra
- No es nada grave, solo es una perdida temporal de la memoria, pero necesita atención especial. - pasándole los resultados de las pruebas – la podéis llevar a casa si queréis.
En estado de Shock, Kang
Ji Hwan cogió los documentos y mientras los revisaba, miró
preocupadamente a su amigo, que habiendo escuchado las palabras del
medico se adelantó entrando antes en la habitación.
Tras unos minutos
apareció Ji Hwan por la puerta, y con pasos temblorosos caminó
hacia la cama de aquella desconocida, la cual no sabía que debía
hacer con ella.
- Hyung, ¿y si la llevo conmigo mientras tu haces lo que tienes que hacer?
- ¿Si? ¿Puedes? Me harías un gran favor – contestó con una gran sonrisa en su rostro.
Shi Hoo salió fuera con
la intención de pagar la factura del hospital, mientras su amigo se
encontraba delante de Nana, que estaba estirada en la cama, y con los
ojos bien abiertos siguiéndolo. Él no sabia que decir, ni como se
podía comunicar con aquella chica; y a la vez se sentía un poco
confundido. No sabía el porqué, pero tenía claro que aquella chica
tenía algo que le hacía verse como un ángel. Sentada ahí, con su
bata blanca y su pelo rubio claro, suelto sobre sus hombros,
tapándole la mitad de la cara y sobretodo tapando aquellos ojos
azules como el cielo que lo atraían como nada antes lo había
atraido.
Tras unos minutos de
intentos fallidos de dirigirle la palabra, decidió acercarse a ella
y con cada paso que daba, su corazón latía más y más. Ella le
hipnotizaba, y antes de que pudiera acercarse a ella, una mano se
posó en su hombro y lo despertó del trance en el que se encontraba.
- Oh ya estas.
- Si, esto es todo.- pasándole la factura.
Shi Hoo se acercó a
ella, le dirigió la palabra.
- ya puedes levantarte, nos vamos.
Con una sonrisa en su
boca la cogió del brazo, intentando ayudarla a levantarse. Nana se
soltó de él bruscamente y saltó de la cama poniéndose detrás de
Kang Ji hwan. Él a su vez no sabia como reaccionar delante de tal
gesto, y solo se giró hacia ella sin decir nada. Shi Hoo la miró
extrañado y volvió a acercarse a ella con la intención de
explicarle la situación, pero antes de que pudiera abrir la boca,
Nana abrazó a Ji Hwan dejando caer su cabeza sobre su hombro.
Horas más tarde se
encontraban en la casa de Ji Hwan, con Nana aún pegada a él. Tenían
que encontrar una forma de explicarle la situación, pero no sabían
por donde empezar. Por no saber, no sabían ni su nombre.
- A ver chica… - habló Shi Hoo – no te acuerdas de nada… como te llamas? Ni que hacías?
- No… - respondió ella como un cachorrito asustado.
Shi Hoo miró a Ji Hwan y
ambos estuvieron de acuerdo en buscarle un nombre provisional. Pero
ninguno que a ella le gustara venía a su cabeza. Intentaron la
táctica contraria. Si ella no tenia nombre, ellos si. Almenos que
dejara de llamarlos señores.
- Chica… yo me llamo Park Shi Hoo.. repite
- Park Shi O
- Nono… Shi Hoo – dijo intentando pronunciar más claramente
- Park Shi Hoo… - dijo al fin después de muchos intentos.
Era el turno de Kang Ji
Hwan, se giró, colocándose mejor en el sofá, y mirándola a los
ojos. Otra vez aquellos ojos.
- Yo soy Kang Ji Hwan – pronunciando lentamente
- ¿Como? – Nana se sentía perdida. ¿Qué eran aquellos nombres tan feos?
- Kang Ji…
- Que nombre tan feo…
Ante tal comentario, Shi
Hoo no pudo reprimir su risa. Aquella chica iba a caerle bien.
- No es feo! – intentó defenderse
- Kang…. Te llamaré Kéven!
- Ké—kéven? Ese nombre es peor!
- No!!! Este nombre es perfecto para ti! – y volvió a cogerse de su brazo. Ji Hwan solo suspiró.
No
iba a discutir con ella… y menos por esa tontería. Shi Hoo decidió
irse, mañana Ji Hwan tenía que madrugar, le esperaba un viaje a
Jeju-do, y necesitaría energías si tenía que cargar con el a Nana.
Se despidió de los dos y se fue. Ji Hwan le cedió su cama a Nana,
después de todo, era un caballero, y el durmió en el sofá.
-
Prometo recordar que es lo que hacía antes del accidente… -
dijo Nana sintiéndose un poco culpable.
-
Tranquila… no te esfuerces… el mal ya está hecho. – y
con una sonrisa cerró la puerta de su habitación.
Nana
se quedó quieta, asimilando la perfección de su sonrisa y feliz,
entre susurros, se dijo a si misma.
-
Kéven y yo seremos novios!!
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