CAP. 3 Viaje a Jeju
A la mañana siguiente,
JiHwan ya estaba despierto y con sus maletas preparadas. Sin hacer
mucho ruido se dirigió a la cocina con la intención de prepararle
algo de comer a aquella chica, la cual seguía sin saber su nombre.
Con un poco de arroz y
sopa de pollo, logró prepararle el desayuno y fue hacia su
habitación, donde se encontraba Nana descansando, y con mucho
cuidado tocó la puerta. No obtuvo ninguna respuesta y volvió a
tocar. Tampoco contestaban, así que al cabo de unos intentos decidió
entrar algo temeroso sin saber exactamente lo que se podía encontrar
tras esa puerta... La abrió y guió su mirada hasta la cama, donde
aún dormía ella. Cuidando sus pasos y vigilando de no hacer ruido
se acercó al borde de la cama con la intención de despertarla, pero
antes de que pudiera tocarla ella se giró hacía él, quedando a
escasos centímetros de su rostro. Él teniendo su perfecta figura y
su cara yaciente tan cerca suyo se paralizó. No lograba pensar ni
moverse.
- “solo la vas a despertar” - pensó para sus adentros
Giró su cabeza hacia el
otro lado y respiró hondo. Estiró su mano y la movió un poco, pero
con tan solo tocarla ella abrió los ojos. Los parpados aún le
pesaban. Él se la quedó mirando sin hacer ningún gesto ni
pronunciar ninguna palabra.
- Me quieres besar? - dijo con una dulce sonrisa que se dibujó sus labios rosados.
Sin saber que responder
Ji Hwan se levantó y sin mirarla hablo:
- A desayunar – y caminó hacia fuera
Nana se levantó de la
cama dirigiéndose hacia el baño. Tras unos minutos dentro salió
gritando y corriendo hacia fuera hasta que paró delante de Ji Hwan.
- ¿Que pasó? ¿Porque estas vestida así? – dijo aclarando su garganta tosiendo un poco.
- ¿Así como? ¡Sino llevo nada!
- Eso exactamente es a lo que me refiero, porque sales con la toalla?
- Porque no tengo nada que ponerme… - acercándose a él y poniendo cara de pena
- ponte lo que llevabas, lo tuyo, hasta que lleguemos a Jeju – y se giró siguiendo con lo suyo
Nana al ver su reacción,
se cruzó de brazos y se quedó parada detrás de él sin moverse ni
pronunciar palabra. Ji Hwan cuando se giró no sabía que era
exactamente lo que podía hacer con aquella chica. Ni lo que hacer ni
lo que ella quería.
- ¿Que es lo que quieres?
- ¿Quiero ponerme algo tuyo.
- ¿Algo mío? Pero si… vale tu misma, ponte lo que quieras, ahí tienes el armario, todo tuyo.
Al escuchar aquello se
puso a saltar y sin previo aviso abrazo a Ji Hwan y la beso en la
mejilla. El tras tal gesto se quedó petrificado. Aquella extranjera
hacia que cada vez algo dentro de él se despertara, no sabía que
era, pero lo sentía. Su manera de ser… sus gestos… hacían que
él cada vez se sorprendiera más y más. Era realmente extraña.
Nana sin prestar mucha
importancia a lo que acababa de hacer se dirigió corriendo hacía la
habitación de nuevo. Tras unos minutos volvió a salir bien vestida,
con una camisa de JiHwan atada entorno a sus curvas, y que había
quedado exactamente como un vestido. Con pasos ágiles caminó de
nuevo hacia él y cuando él la miró, dio una vuelta para que viera
lo que llevaba.
- ¿Te gusta?
- ¿Como lo hiciste?
- No se, pero resulta que soy útil para algo – dijo entre risas
Los dos se pusieron a
comer y tras acabar el desayuno, Ji Hwan cogió sus maletas y le
dirigió la palabra.
- Vamos...
Saliendo de su grandiosa
casa, encontró a su manager esperándole con el coche. Una vez
llegando al aeropuerto, todos los periodistas le esperaban ahí. Ji
Hwan sin saber que hacer se quitó la gorra de su cabeza y la puso a
Nana.
- lleva las maletas – ordenó a su manager.
Y cogiendo a Nana de la
mano, salió del coche abriéndose paso entre la multitud.
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Entre flashes y fans
histéricas gritando por fin consiguieron llegar a salvo a la zona de
embarque. Ahí ni los periodistas ni las fans les molestarían. Nana
miró a JiHwan sorprendida, no se esperaba que fuera una persona
famosa. Sus mejillas se sonrojaron y extrañamente se quedó
tranquila. Él lo notó y se rió por dentro. Una vez ya en el avión
Nana se quitó la gorra y se la devolvió a su dueño.
El viaje no duró mucho y
pronto hubieron llegado. Tal y como lo hicieron para entrar al avión
lo hicieron para salir. La mayoría de las preguntas que la prensa le
hacían eran sobre aquella rubia que tenía cogida de la mano.
Preguntaban sobre si eran amantes, pareja, familia o alguna cosa por
el estilo, pero Ji Hwan no contestaba. Nana indignada se dispuso a
hablar, pero JiHwan temiéndose lo peor rápidamente le tapó la
boca.
- Callate…
- Pero..!
- Ella es mi nueva agente de imagen personal! – dijo lo suficientemente alto como para que le escucharan todos.
Y entre tanto ajetreo por
fin llegaron a la Vila. Bajaron primero del taxi, y luego su manager
y sus asistentes de verdad le bajaron las maletas. Entraron a casa y
Nana quedó fascinada. Aquello parecía sacado de un cuento de hadas.
Era precioso. Al fondo había un ventanal enorme con vistas al mar.
De hecho, la casa se encontraba encima de una hermosa colina. Todo a
su alrededor era natura… Abrió la puerta corriendo y salió a la
terraza para poder respirar aquel aire tan limpio y puro. Sus ojos
brillaban, y JiHwan apareció por detrás, admirándola junto aquel
paisaje.
- Esto… es tuyo? – preguntó aún boquiabierta
- La casa si, el paisaje ya no xD La he decorado yo mismo, te gusta? – preguntó rascándose la nuca dudoso. Ya era hora de intentar entablar amistad con aquella chica.
- Uah… mi novio tiene muy buen gusto en decoración! – entusiasmada. – me encanta!
- Sigueme
Ji Hwan le enseñó la
casa. Ella se quedaría con el cuarto de invitados. Era grande y
hermoso, como la casa. Había otra gran ventana, con unas cortinas de
color crema. La cama estaba en el medio de la habitación y un
tocador enfrente. También tenía baño propio. Todo aquello parecía
sacado de un cuento de hadas, donde aquel era el cuarto de la hermosa
princesa. Pronto sería la hora de comer, y JiHwan se había
cambiado de ropa. Llevaba una camiseta muy finita y algo ancha de
cuello V que dejaba bastante al descubierto su fibroso pecho. Se puso
de pie frente a Nana y colocándose sus gafas de sol le extendió la
mano.
- Vamos, hay que ir a comprar
Ella sin preguntar se
levantó y le siguió. Cuando ya estaban en el coche, él la ayudó
con su cinturón de seguridad y ella por fin habló.
- Me vas a comprar ropa?
- ¿Ropa?
- Esque solo tengo esto… - señalando a su camisa envuelta en su cuerpo. Mentalmente Ji Hwan se golpeó.
- Lo había olvidado… vale, primero iremos a ver que te compramos.
Y así fue. Fueron por la
zona céntrica de la ciudad, visitando tiendas, y él, con toda la
paciencia del mundo le compraba todo lo que ella pedía.
- Al final la acabaré llamando loca… - murmuró para sus adentros mientras aguantaba 5 bolsas llenas de cosas, y otras más por venir.
Cuando ya hubieron
comprado suficiente (y quien dice suficiente dice ropa para un mes)
salieron y fueron al mercado, guardando la ropa en el maletero del
coche para que no les molestase. Caminaban por el mercado y Nana iba
cogida a su brazo. Parecía algo sorprendida y asustada a la vez. La
gente vendía pescado en la calle, así como pollos, y otras
verduras. Ji Hwan compró algunas verduras, un poco de carne en
filetes y pescado. Lo suficiente para poder comer por unos días y se
fueron a casa. Una vez de nuevo en la Vila, Ji Hwan se puso un
delantal y se paró en la cocina. Nana se sentó frente suyo en uno
de los sofás de cuero del salón (cocina americana) y simplemente
observaba la destreza con la que cortaba las verduras.
- Voy a prepararte mi plato especial – dijo con una sonrisa
Nana no salía de su
asombro, y por unos momentos se sintió inútil. Pronto se levantó y
fue a su ahora, nueva habitación para cambiarse de ropa. Llevar una
camisa de hombre como vestido no era lo más elegante ni lo más
cómodo. A los 10 minutos apareció delante de JiHwan gritando, con
solo una falda y su sujetador y una especie de pañuelo de cuello de
color rosa que había encontrado por ahí.
- YA LO RECUERDO! – gritó apareciendo delante suyo
- Recordar el qu… - pero no pudo acabar la frase – que haces desnuda! Tapate!!
- Ya se lo que hacía! Ya se a que me dedicaba!!! – gritó feliz de nuevo
Ji Hwan rojo de vergüenza
y un poco incomodo en aquellos momentos le dio permiso para que
hablara con la cabeza sin mirarla directamente a los ojos.
- Mírame! - y empezó a bailar – era bailarina de Streptease!! – y empezó a recorrer su cuerpo con aquel pañuelo bajo la mirada sorprendida e incrédula de Ji Hwan
Él no daba crédito a lo
que veían sus ojos. Rápidamente dejó el cuchillo y la empujó por
la espalda hasta llevarla de nuevo a su cuarto.
- Deja de hacer tonterías y vístete chica streptease… Hmm, La comida está casi lista, no te demores.
1 comentario:
jajajaa! esta buenisimo! esperando el cap 4. wow ustedes son geniales.
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