Love never expires...!! CAP.8

CAP.8

Después de su cita en el restaurante Ji Nah acompañó a Siwon a la salida, ordenando a su chófer que le llevara de vuelta a su casa mientras que ella dio la vuelta entrando otra vez.

Si Young por su lado se encontraba dentro de su casa, movió su delgadito cuerpo relajándolo y se dejó caer sobre un sofá, mientras buscaba su móvil vio el otro bolso que hizo que saltara de su sitio, abriendo su bolso y tirando todo lo que había dentro, cogiendo su móvil y marcando el número de Heechul.

• Heechul, pásame la dirección de In Guk.

Cogiendo su bolso, puso sus pies en marcha, arrancando su coche rumbo a casa de In Guk.

Una vez llegó, cogió el ascensor a la planta que le indicó Heechul tocando el timbre, In Guk abrió la puerta sin camisa que hizo que Si Youg llevara sus manos hasta su cara tapando sus ojos, y hablando:

• Ponte algo encima de ti.

In Guk con una sonrisa sarcástica que se dibujó en sus labios, la agarró del brazo obligándole a entrar.

En aquel momento todo el interior de Si Young se agitó, sentía como su cuerpo ardía y su cara se sonrojaba, pero con una voz firme, dijo:

• ¡Yaaah! Soy tu noona… ponte algo – mientras giraba su cabeza hacia el otro lado.

In Guk asintió con su cabeza y se dirigió a su habitación, al cabo de unos minutos apareció bien vestidito.

• ¿Quieres algo para beber?
• Sí, porque no!

El tiempo pasaba los dos aún se encontraban bebiendo y conversando. Si Young estaba contenta de conocer otro amigo, del cual actuaba con madurez a compareció con Heechul que le consideraba su bebé, su tiernito amigo y hermano pequeño que cuidaría sin importar el que.

In Guk por su lado llevaba tiempo sin poder encontrar una chica que le hiciera actuar con naturalidad, una chica que hiciera que el yo que tiene dentro saliera, estaba harto de estar solo y revivir siempre la rutina de cada día. Con ella se sentía a gusto aunque aún no le conocía del todo, sabía que era ella, la chica que llevaba esperando que apareciera en su vida.

• Noona, quiero decirte una cosa – mientras rascaba su nuca
• ¿Qué? Sobre una chica ¿NO? – mientras se acercaba a él – va dime ¿quién es?
• Tú.

Si Young abrió sus ojos como platos y su boca par en par, su corazón comenzó a bombear fuertemente, no podía creer lo que acababa de escuchar, seguro que era broma, tocó con sus manos frías su cara, en un intento vano de bajar la temperatura, comenzó a alejarse poco a poco de él, mientras que In Guk le seguía, hasta que se quedó estirada sobre el sofá, no podía más no tenía otra escapatoria, comenzó a carraspear y murmurar.

• Sé que es broma, va…

In Guk no parecía importarle aquellas palabras ni tampoco su reputación delante de su noona o amiga, de la cual acababa de conocer.

Se inclinó y acercó lentamente su rostro hacía el de ella, haciendo que sus carnosos labios se tocaran, saboreándolos lentamente con elegancia y presteza.

Si Young sabía perfectamente que lo que estaba haciendo no era para nada bueno, se sentía mal pero a la vez no se negaba a continuar, algo en su interior le obligaba a seguir, era la primera vez después de tantos años que cambió de labios, siempre besaba los mismo, nunca se quejó, les gustaba eran solo para ella y los suyos para él, su novio Dong wook, pero justo con aquel extraño volvió a sentir lo que sentía por su novio en el comienzo de su relación, había perdido aquel sentimiento. Justo en aquel momento todos tipos de preguntas pasaban por su cabeza “¿Por qué siento así? ¿Qué estoy haciendo?

Y sin darse cuenta In Guk, alejó sus perfectos labios de los de ella suavemente dejándola aún con la cara medio roja y bien sorprendida.

Si Young se levantó cogiendo su bolso y actuando como si nada pasara, dirigiéndole la palabra.

• Bueno, me tengo que ir – dándose la vuela

In Guk se levantó y la cogió del brazo, obligándola a parar.

• ¿Por qué has venido, me echabas de menos, no es así?

Justo en aquel momento Si Young se acuerdo de la bolsa que llevaba la sacó de su bolsa y la tiró en su cara.

• Por eso mal educado.

Saliendo de ahí a toda velocidad y sin despedirse.

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Mientras tanto en otro lugar de Seúl, Ji Nah se encontraba ocupada en su oficina, su padre había estado observándola y se la veía algo distraída. Tenía sospechas de que pudiera estar viéndose de nuevo con aquel chico que había prometido alejarse de su hija. Él sabía que podía ser duro para ellas, pero alejarlas de el mundo de la fama y las cámaras era bueno para ellas. Algún día se lo agradecerían. Al menos Si Young tenía novio estable y era una persona común. Había estado maquinando como juntar a su hija con otro chico, de buena familia y educado, claro está, sin que su hija lo supiera. Recibió una llamada que lo alegró.

• Sr. Im… me gustaría hablar con usted sobre….

En su rostro se dibujó una sonrisa de satisfacción y asentía con la cabeza mientras acordaba fecha, hora y lugar. Después de colgar, se levantó de su cómodo sillón y fue al despacho de su preciosa hija.

• ¿Ji Nah, podemos hablar? – preguntó
• Claro papá… adelante… siéntate.
• Verás… yo se que estas pasando por un mal momento… y que ahora mismo estás enfadada conmigo… pero créeme que es por tu bien..

Ji Nah desvió la mirada y se puso un mechón de pelo tras la oreja, nerviosa.

• El hecho es que… el presidente Choi de la compañía XXXX quiere concertar una cita a ciegas para ti y su hijo

Ji Nah no podía creer lo que escuchaba, ¿no solo la había separado de su amor, sino que ahora planeaba juntarla con otro? ¿Enserio? ¿Cómo en los dramas de época donde la esposa no conocía al esposo hasta la noche de bodas? Aquello era una gran tontería…

• Pero papá!!!
• No quiero peros. Ves, no pierdes nada, Si no te gusta, ignórale. No quiero que mi preciosa niña acabe con un chico feo – dijo riéndose y destensando el ambiente – pero ve. Es un joven apuesto según me han dicho, muy educado y capaz. A lo mejor os gustáis… Pero que no me entere que no le has dado una oportunidad! – y se fue dejándola ahí con la palabra en la boca y sin poder decir mucho más.

Ji Nah tras ver marchar a su padre, buscó desesperadamente buscó su teléfono en su bolso intentando contactar a Hyung Joon. Estaba temblando, no sabía si de ira, de decepción, o de impotencia. Cuando por fin Hyung Joon cogió el teléfono….

• Cariño!!! Verás….. – y le contó lo ocurrido.
• Tenemos que vernos… - conclujo él – y pensamos algo juntos.

La cita había sido planeada para el día siguiente a las 8 de la tarde en un restaurante sobre el río Han que sus padres habían alquilado solo para ellos aquella noche. Era el día y la hora se acercaba. Ji Nah llevaba un precioso jersey blanco con una faldilla negra.

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Entró al restaurante buscando con la mirada dónde podía estar su acompañante, y al fondo, al lado del gran ventanal con vistas al agua, vio la espalda del chico que era su cita. Apretó los puños cogiendo aire y con paso firme fue hacia él. Pensaba rechazarlo inmediatamente. Nada ni nadie cambiaría esa idea. Se acercaba más y más y cuando estuvo lo suficientemente cerca saludó con una reverencia.

• Annyong haseyo…
• Annyong haseyo – contestó su compañero

Ji Nah levantó la mirada sorprendida por la voz, y la persona que vio la descolocó totalmente.