-=Este blog puede contener escritos no aptos para todo el publico, revisa la clasificación antes de leer y respeta las ideas de los demás.=-

viernes, 25 de marzo de 2011

DESDE MI CIELO....

Título: Desde Mí Cielo
Autor: Haruhi Suzuki Park
Pareja: Ellas y Yoochun
Género: Tragedia, Romance, Mundo Alternativo. [Acepto más clasificaciones, porque yo soy mala en eso]
Extensión:¿?
Inspirada En:“Desde mi cielo” (Mago de Oz - Gaia II: 'La Voz Dormida') y “Day Moon” (DBSK – Single B-SideCollection)

Antes De Leer:
Bueno, se habrán dado cuenta en la imagen del título que hay unas caras desconocidas, no les digan insultos que me costó mucho escogerla y a mí me gustan mucho. Bueno me gustan porque juego rol y ellas son mis PB o Avatares favoritos para hacer de chicas, tampoco las usaré con sus nombres reales, para efectos de la historia solo son rostros.
Reparto:
Susan Coffey como Ewa Norikov
Ellen Page como Ana Leone
Park Yoochun como Park Yoochun
Eso sería, espero lo disfruten y me hagan comentarios, no sólo quiero halagos, me gustaría también críticas, mejor si son constructivas, para así mejorar como escritora. ¡Oh! Es mi primer fic Hetero, por eso, todo comentario me ayudará a mejorar.
De ante mano, gracias.


Capitulo 1: “La Carta

-¡Señor Park!-se escucha a un hombre de avanzada edad llamar al joven estudiante de medicina del departamento 232, que cual celebridad dejaba el edificio con gafas de sol oscuras con su automóvil esperándolo en la puerta. Se detiene girando hacia el recibidor donde estaba el anciano conserje que le hacía señas para que acercara, obediente como era con el anciano, lo hace.

-Buenos días Señor Song… -saluda como es debido antes- ¿Qué ocurre? ¿Tengo correo tan temprano?-pregunto extrañado al ver al anciano sacar un sobre blanco.

-Sí, me sorprendió encontrarlo cuando llegué, pero tiene puesto un timbre de urgente, así que no esperé a que llegará el resto, además no tiene remitente, ni estampilla ni siquiera tiene puesta su dirección sólo dice Park Yoochun-le explico el anciano entregándoselo- Le pregunte al joven de la noche, pero me dijo que el no dejo su puesto ni llego nadie a entregarlo, simplemente apareció- El anciano miraba curioso el sobre.

-Qué  extraño…-murmuro, pero no se sentía preocupado ni asustado, y esos sentimiento debería tenerlos alguien que recibe algo así, sin embargo él solo quería leer el contenido- Bien, gracias Señor Song… lo leeré en la universidad-el anciano sonrío asintiendo, le sorprendió que ni siquiera el señor Song se sintiera preocupado, pero no hizo ningún otro comentario, hizo una reverencia- Hasta la tarde…-se despidió yendo hasta su automóvil, el maletín que había tenido en mano lo dejo en el asiento del copiloto, con el sobre aun en la otra mano se subió al vehículo, la curiosidad fue mayor, así que en vez de irse directo a clases, como debía hacerlo, fue a un café cerca de su departamento.

-¡Bienvenido!-le saludo una joven mesera- ¿Tomo su orden?-pregunto gentilmente, él encargo un mokaccino y un par de dulces árabes- ¡En seguida señor!-le agradaba esa mesera, la conocía de un par de veces que iba a ese café y siempre parecía muy animada. ‘Gente así me hace falta en la vida… ¡bah! Si están Su, Jae y los demás’ pensó ensanchando su sonrisa al recordar a sus amigos, mejores no podía pedir.

Esperando el café, sentado en una de las mesas del centro, abrió el sobre sacando un par de hojas blancas a simple vista, pero al tacto tenían relieves que recordaban a la textura de una rosa, pero más suave, solo tocando el papel cerro sus ojos disfrutando de la tranquilizadora sensación que producía el suave contacto, hasta que recordó que era una carta. Abrió sus ojos, las letras eran de una caligrafía magnifica, fueron trazadas con un lápiz de punta fina purpura. Sonrío, solo conocía un par de personas que escribirían una carta con un lápiz así. Se quitó los lentes oscuros, realmente las letras eran de un lila, no un purpura, se le oprimió el corazón.

La lectura comenzó…



“Chunnie-ah:

A pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos ¿Cómo estás? Por algunas fuentes de alta confianza sé que estas bien, pero no perfectamente, como cuando vivíamos juntos, sé que aún te detienes a ver las fotografías que nos sacamos juntos en los pocos viajes que hicimos, pero que son las que nos sacamos en casa son las que vez con más añoranza, como si yo fuera a regresar algún día para verlas contigo y reclamarte por poner esas caras tan raras cuando hacemos recuerdos, y también sé que lloras al saber que no regresaré por más que marques a mi número, que no te contestaré aunque sepa que estas llorando como un niño que recién perdió a sus padres. Lo nuestro acabo, antes de tiempo, pero acabo.

¿Cuánto tiempo más deberá pasar antes de que aceptes la realidad? Fueron demasiados años los que luchaste a mi lado contra algo que sabíamos, sólo con nuestra fe no podríamos vencer ni siquiera todo el amor que me entregaste podría salvarnos de la realidad… Yo día a día estaba muriéndome. No sólo era esas malditas enfermedades, era mi alma la que no quería seguir atada a un cuerpo sucio como el mío.

Chunnie-ah, estás palabras las escribo solo para pedirte un último gran favor… Olvídame, te lo suplico olvídate de mí, sino puedes aceptar que me fui por favor olvídate que existió esta persona en tú vida, sí así puedes volver a sonreír y a mirar con la misma dulzura que me miraste a mi alguna vez, prefiero que me olvides a que vivas sumergido en la miseria de mis recuerdos. Porque te seré honesta, yo acá estoy mucho mejor, al fin estoy tranquila al saber que tú puedes dormir cada noche sin pensar en mis medicamentos o aún sigo durmiendo a tu lado, sino me he escapado, ya no tienes que dormir aferrado a una mano que quiere huir de tu lado.

Aún recuerdo la primera vez que nos vimos, aún éramos estudiantes y creíamos que teníamos toda una vida por delante, tú eras el nuevo alumno traído directamente de los UnitedState of North American, yo solo era una alumna popular por ser hermosa y mal vista por ser…admitámoslo, de viento fácil. No sé qué viste en mí. Sin embargo, fue el último día de clases cuando me hablaste, tú ya tenías fama de ser un alumno brillante, y un conquistador inigualable por ese corte de caballero novelesco, en cambio yo, mi fama fue empeorando después de meterme con el hijo de un profesor, ese mismo que aquel día comenzó a gritarme en medio de la celebración por nuestra graduación que era una ramera, una suelta y cosas peores que no recuerdo, fueron empañadas por tu intervención y las últimas palabras de la noche me impactaron, desde entonces puse esfuerzo en cambiar “ Eres bonita, una chica culta, sabes muchas cosas…pero eres algo tonta al pensar que es bueno ser tan ‘popular’ entre los hombres de esa forma. Si no fueras bonita, si solo fueras culta e inteligente, seguro llegaría el día que alguien te amé más de lo todos los hombres que pasen por tu cama multiplicados por un millón serían capaz de amarte… eh Jae In, ¿Por qué no eres más inteligente?” sí es una oración larga, pero jamás se borró de mi mente. Aunque cambiar fue más difícil de lo que pensé, entre a estudiar un Trabajo Social en la Universidad de Parang, en un viaje que hicimos con unas compañeras te volví a ver, tú estudiabas medicina en una de las mejores universidades del País, hablamos largamente, te conté que había hecho caso a tu sugerencia y que todo estaba mejor, pasamos el resto del viaje juntos, dos hermosas semanas, y la penúltima noche nos unimos, fue lo más hermoso que hubiese hecho en mi vida.

Un mes después, perdí mi celular y con el tu número telefónico, no pude decirte que estaba embarazada ni tampoco que por un pequeño choque en el automóvil de mi padre, a los dos meses de embarazo tuve un aborto espontaneo. Me lamentaba haber perdido el maldito aparato, el haber subido en el auto aquel día, el no haber intentado con más fuerzas contactarte, pero más me lamentaba que mi cuerpo no haya podido proteger a nuestro angelito. Por mucho tiempo estuve encerrada en mi mente, hasta que tú voz me despertó, una amiga logro comunicarse contigo y contarte todo cuanto pasó. Me sentí destrozada al ver como llorabas, me pedias perdón por no haber estado conmigo todo ese tiempo ¿Cuánto tiempo estuve sin ti? Casi un año. Prometías que no me dejarías nuevamente, pero yo no quise creer en promesas, porque jamás lo había hecho. Volví a esa enferma vida, te engañaba con cuanto pantalón se me cruzaba, ya ni me importaba si luego era en realidad una mujer; lo hacía para lastimarte un poco, que supieras un poco lo que pase cuando perdí a nuestro angelito, pero al final solo acaba yo más hundida en mi estiércol y ensuciaba tu sonrisa, porque tú me perdonabas todo…

Todo ese juego enfermo acabo cuando volví a quedar embarazada, me llevaste a médico con uno de tus profesores porque sufría demasiado dolor. Tuvieron que quitarme el útero, porque había quedado dañado con la anterior perdida, no podría nuevamente ser madre ni nunca, aunque este bebé no me mortifico tanto, porque no sabía quién era el padre, y de seguro no eras tú porque no te dejaba tocarme… estaba sucia nuevamente.

Cáncer… era tanta mi mala fortuna que tres meses después me declararon leucemia, me quería morir, y lo iba a hacer con un sistema inmunitario tan desgastado como el mío, el sexo sin protección es peligroso… 0h+…

Como era de esperar, el hombre más bueno del mundo lloro por mi desgraciada fortuna, tomo mi mano, me alentó a luchar y cuando no tenía voluntad me convido de la suya. Mis padres por golfa me botaron de la casa, y tú me recogiste… Si Chunnie-ah, eres el hombre más bueno del universo, y yo no me di cuentas hasta ahora, por eso me aleje de tu lado, porque te amo y no puedo seguir haciéndote cargar mi maldición.

Los primero meses fueron relativamente fáciles para ambos, pero llegó un punto en que mis medicamentos eran tan caros que dejaste tus estudios para trabajar y tenerme cada medicamento que me recetaban, yo quise hacer lo mismo, trabajar, pero tu decías que debía guardar mis energías para las terapias, jamás me dijiste que no debía cansarme porque cada día sería más difícil levantarme. Tus amigos ofrecieron su ayuda, en un principio te engaste, pero cuando viste que no podrías hacerlo solo fuiste y la pediste, realmente esos chicos valen su peso en oro. ¿Fue Junsu el que más tiempo pasó cuidándome de ellos? Sí, ese chico pasaba mucho tiempo en nuestro departamento, decía que yo le agradaba aunque yo  fuese tan callada y amargada casi todo el tiempo, sólo por ser la persona que su hyung amaba tanto. Cuando ya no pude dejar el departamento más que en silla de rueda, los demonios atacaron mi alma. Me miraba al espejo y no podía reconocerme ¿Dónde estaba la mujer tan bella que fui antes? ¿Dónde está la mujer de la que enamoraste? Y lloraba, lloraba hasta que mis ojos no podían derramar ni una lagrima más, hasta que tú llegabas con tus “¿Te sientes bien?” y yo te decía que no, que odiaba este estado en que me encontraba y tú me respondías con risas diciéndome “¿Qué estado? Yo te veo tan hermosa como ayer o como hace un año”, pero seamos honestos, las huellas de mi enfermedad eran horripilantes, me negaba darte un solo beso por miedo de contagiarte alguna de mis enfermedades, por miedo de enlodar tu hermosura angelical.

Cada noche cuando se suponía que dormía te sentía acariciar mi rostro, quería quitar tu mano… ¡Estoy sucia!, pero te dejaba hacerlo porque me rompía en pedazos al oírte llorar y preguntar a ese dios que me abandono hace tanto qué hacer para mantenerme a tu lado, le explicabas que yo no era una mala persona, solo que había estado tanto tiempo sola sin nadie que me ayudara a caminar por una senda  mássana, y derramabas lagrimas por mí, que ahora sé que limpiaron un poco mi impureza.

¡Ay Chunnie-ah! ¿Cómo hacerte entender que no fue tú culpa? Qué fue mi decisión dejar tu cálida fortaleza para enfrentar mi destino. Me dirás ahora que me adelante, pero soy una cobarde, tú siempre lo supiste y cada día los dolores de vivir eran peor… incrementados por el sacrificio inhumano que estabas haciendo. ¡Dios! Si no fuera por esos maravillosos amigos que tienes hubieses terminado acabado por mí culpa, desde acá yo los cuidaré, por primera vez en mi vida puedo cuidarlos a ustedes en vez de ser la cuidada, ¡Ya!, me saldrás con que solo fueron dos años ¿No es suficiente para querer velar por todos ustedes? Jamás antes me cuidaron, sabes que prácticamente crecí sola… todo era más difícil siendo una extranjera.

 Chunnie-ah antes de ti fui una niña, adolescente y joven sin suerte, hasta que me hice mujer y apareciste, tú mi ángel protector llegaste con más ángeles a cuidar de una moribunda. Pero ahora que la vida acabo para mí, me toca cuidarlos.

Como ya te dije, si para que vuelvas a sonreír debes olvidarte de todos esos años juntos, de esos escasos dos viajes que estas enfermedades me dejaron fuerzas para hacer y los otros tres que me hiciste hacer antes solo para que dejara mi mala vida, no me importaría ser olvidada, porque… aunque jamás te lo dije en vida, eres lo que más amo. Pero, pero si aun con mi recuerdo en tu corazón eres capaz de volver a enamorarte, de volver a ser feliz… Si puedes sonreír al recordarme, podrías darme vida por esos momentos, tú y los chicos lo hacen al recordarme con alegría, en cambio… si lloran, durante el funeral morí de nuevo con cada lágrima derramada en mi nombre.

Hazme caso Chunnie-ah y regresa a las pistas, porque tú y yo sabemos que eres un magnifico conquistador, ¡Vamos! Eres un “Don Juan”, pero uno que realmente busca a alguien especial, dime ¿Qué tal la mesera? Linda ¿No?... vamos mi ratón esplendoroso, vuelve a ser el que un día fuiste, recupera tu brillo, tu “Yo verdadero”.

Acá, en mi propio paraíso, en el que los puedo ver a cada uno de mis cinco ángeles, los estaré vigilando y velando por ustedes, olvídenme si no pueden ser felices con mi fantasma, o denme vida al recordarme. ¡Oh! Y no me vuelvas a decir “Rusa egoísta” que hago esto por ti, y si lo haces bien, y no decidiste hacerme a un lado, te haré llegar una nueva carta ¿Ok?

Te ama, Ewa.”


Las lágrimas corrieron desde el segundo párrafo, pero no pudo dejar de leer aquella carta, hace un año que Ewa había saltado desde el balcón del departamento sin dejar nada que explicara la razón de su decisión, está bien, por aquel entonces las marcas de su enfermedad había destruido toda la belleza que fue antes, pero él la siguió amando y logro que pese a su “Pésimo historial” los chicos la aceptaran como la persona que él amaba e incluso le ayudaran a cuidarla hasta el último momento, pero superar su ausencia estaba siendo demasiado difícil, a sus veinticinco años debía volver a empezar la vida de soltero, sin olvidar que cada día era más difícil sonreír. Suspiro, tan profunda y sentidamente que hizo revolotear los cabellos que caían sobre su rostro.

-Lo intentare… -susurro de forma casi inaudible, tomando unas servilletas para limpiarse el rostro de las lágrimas, el papel acabo empapado ¿Tanto había llorado?, saco otro para secarse bien, y otro suspiro igual de profundo escapo de sus labios; ‘Será más difícil de lo que pensaste Ewa’ pensó. Con cariño doblo las hojas, las guardo en el sobre y en su maletín-¿uh?...-vio una taza de café  sin humear frente a él, recordó que había pedido eso y… también estaban los dulces.

-Lleva más de una hora aquí, señor-una voz con un acento que no pudo descifrar, pero no era del coreano de pueblo, con una expresión entre extrañeza y sorpresa giro su rostro, la mesera lo veía con una sonrisa muy sutil y compasiva- No quise interrumpirlo… ¿Quiere que le caliente su café o se lo cambie?-pregunto, le causo ternura que no quisiera inmiscuirse en sus asuntos, aunque él haya estado llorando, aunque se le notaba en la mirada que se sentía bullir de curiosidad- No se preocupe por si debe pagar, yo se lo invito-la chica se apresuró a decirle debido al silencio.

-No, está bien… ¿puedes calentármelo?-pidió ofreciéndole al fin una sonrisa- Dime ¿Qué hora es?-pregunto antes de que la chica acabara de recoger la taza. Ella miro en su reloj de pulsera un momento.

-Las once treinta…-respondió.

-¡¿Qué?!-

-Las once con treinta y un minutos de la mañana-

-Luego vuelvo por mi café… ¡Se me hizo tarde!-dijo apresuradamente, en la caja cancelo todo y solo se llevó los dulces, había olvidado que tenía clases esa mañana y parte de la tarde. La mesera sólo pudo reírse de la extraña reacción del joven y seguir su mañana.
 Fin, “Carta”

1 comentario:

Belis dijo...

Oh por kamizama, esta buenisimo, me encanto me super encanto y mas con esa cancion que me recuerda cosas tan tristes y tan lindas a la vez, me encanto.

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