CONCURSO:El estigma de ser infiel

Por Oli!

Apto para aquellos que no teman leer un Lemon.

Dedicado a todo Gaja Fansub en su 1er aniversario


Nombre del Fanfic: El estigma de ser infiel
Genero:Romance/ Lemon
Pareja Principal: Oli y ??? no lo puedo decir!!!!! tienen q adivinar! La Kband es BB x supuesto!
Clasificacion: Apto para mayores d 18 años (?)

Desde que nos conocimos, luego de haber empezado mi relación con oppa, nos habíamos tratado con afecto y nunca imagine que esto que paso, hubiera llegado a ser. Hacía ya un tiempo que nos veníamos mirando presuntuosamente, al punto tal de que en una oportunidad, mientras estábamos en uno de los ensayos de coreografía del grupo, mi oppa le llamo la atención a él diciéndole  “Oye! Deja ya de mirarla mientras te sonríes… cualquiera pensaría cosas que no son” mientras me miraba seriamente de soslayo, y él solo atino a hacerse  el distraído.

  La noche anterior de que sucediera “el hecho” en cuestión, habíamos ido a una fiesta ofrecida por Lotte, celebrando el éxito de una campaña que el grupo había hecho para la firma. Tomamos champan y bailamos hasta no se qué hora, inclusive en un momento tomo mi mano como en un roce, pero ante la tensión del momento opte por no mirarlo. Volví a la casa que todos compartían junto con mi oppa, el estaba bastante tomado y yo no tanto, pero estaba igual de cansada, así que fuimos directo a la cama… a dormir. 

A la mañana siguiente, me despertó el resplandor  de la luz del día que invadía la habitación, me sentía muy sedienta, así que me levante a tomar agua. Mi oppa estaba profundamente dormido, por lo que corrí las cortinas y oscurecí la habitación antes de salir al pasillo, vestida solo son una gran camiseta vieja de mi novio, que usaba para dormir. El largo pasillo al que daban el resto de las habitaciones de los demás integrantes, estaba vidriado del techo al piso, con ventanas que permitían la entrada de aire fresco desde el hermoso jardín. Caminaba descalza por el blanco piso, con sensación de resaca y sed, estaba despeinada y tenía los ojos hinchados y entrecerrados por que la luz exterior molestaba mis ojos. Todo estaba en silencio, ya que todos habíamos vuelto muertos de cansancio luego de tantas horas de festejo. Inclusive el líder y su chica de ocasión, habían llegado a la casa arrastrando los pies. El aire que entraba por las ventanas me hizo sentir mejor al refrescar mi piel transpirada. De repente sentí que una de las puertas se abría, y juro que no tuve tiempo ni de pensar en avergonzarme por cómo estaba vestida, pues me tomaron de la muñeca y de un tirón termine dentro de la habitación de el chico en cuestión. Me apoyo contra la puerta mientras la cerraba y tapo mi boca con su mano,  para sofocar mis gritos de susto. Me hizo un gesto de que hiciera silencio, yo asentí curiosa de lo que quería. El quito su mano lentamente y así como yo lo miraba expectante se me quedo mirando, próximo a mí, demasiado como para sentir su cuerpo contra el mío. Entonces de repente me beso. Fue suave, y no sé porque motivo, razón o circunstancia nunca puse oposición. No respondí de igual manera, pero lo deje que fluyera. Se separo de mí y me miro intensamente, como tratando de adivinar lo que estaba pensando. Yo lo miraba igual. Entonces volvió a besarme nuevamente, y yo lo seguí en su juego, había olvidado todo, hasta la sed y la causa por la que estaba en esa casa. Nos besábamos intensamente, mordiéndonos, succionando nuestras lenguas. 

En medio de esa vorágine de besos sentí su mano en mi seno, lo acariciaba y apretaba con intensidad, mientras yo levantaba una pierna rodeándolo. Fue allí que sentí su sexo firme apretado contra el mío y eso me éxito de sobremanera, y él se percato de eso, pues acto seguido me abrazo por la cintura y me llevo hasta la enorme cama de sabanas, almohadones y cortinados blancos, como si ambos nos hubiésemos puesto de acuerdo. Se quito la camiseta y su torso magníficamente trabajado, de ese tono chocolate tan especial se mostro ante mí, era un chico realmente deseable, pero creo que en ese momento había olvidado toda la religiosidad que profesaba, pues me quito la camiseta gigante y dejo mi cuerpo al descubierto, solo con la pulcra ropa interior de algodón blanco. Me atrajo otra vez contra él y comenzó a besarme nuevamente, los labios, el cuello, a morderme sensualmente los hombros y las orejas, mientras con la mano libre me acariciaba los desnudos senos. Su mano se fue corriendo hasta mi sexo y pude sentir las caricias de sus dedos, lo que me puso fuera de órbita. Me empujo con cuidado sobre la cama y luego de eso lo sentí a él sobre mí. Su cuerpo ardía, y allí sin dejar de besarnos apasionadamente me penetro. Era tan intenso y extraño a la vez, quería gemir como una gata en celo pero nos limitamos a hacerlo en el más completo silencio. Mi cabeza colgaba desde el borde de la cama y el aprovechaba esa postura para besarme y morderme los senos. Nos mecíamos en una danza fatua sin propósito alguno más que darnos el máximo placer. Lo tomaba de la cintura apretando mis uñas contra su piel sudada, atrayéndolo mas y mas hacia mí al aprisionarlo con mis piernas. Entonces sentimos que alguien golpeo su puerta. “Si!”, contesto él con un grito, sin separarse medio centímetro de mi, “Oye… nos has visto a Oli?” era la pregunta, la contestación que había salido de los labios de mi oppa, yo di un sobresalto al escuchar la voz de mi novio, pero él me sujeto con fuerza mientras me hacía gestos de guardar silencio. “No!”, le contesto impávido con mi cuerpo apresado bajo el. Me miro jadeante, habíamos dejado de movernos, entonces paso sus brazos por debajo de los míos y tomándome por los hombros, me penetro una y otra vez con fuerza, yo no podía creer que estuviese gozando de esa forma tan indiscriminada mientras mi oppa me andaba buscando. Pero con cada arremetida perdía cada vez más y más la noción de la realidad. Fue que entonces, con una sacudida sublime, tuve el mejor orgasmo de mi vida, podía sentir como la electricidad me saltaba de vertebra en vertebra a lo largo de toda mi columna. El también llego, pero alcanzo a salirse antes de acabar dentro de mí. Estábamos exhaustos, mi cuerpo se agitaba en pequeños impulsos a causa de la sensación de placer que no se terminaba a través de mi sexo y de todo mi cuerpo. El jadeaba recostado junto a mí, sin mirarme. Comprendí entonces que todo había terminado. Me levante lentamente y busque mi camiseta y el resto de mi ropa. No me sentía avergonzada, ni molesta, ni preocupada por lo que había hecho. Fui hasta la puerta y antes de abrir el me alcanzo y me abrazo desde atrás, rodeándome con sus brazos por la cintura, y me beso la mejilla suavemente, yo apoye mi cara en su cabeza, solté sus manos y salí de allí con sigilo. Debía volver a la habitación de donde había salido esa mañana y además debía borrar de mi mente el lapsus que me había impedido ir hasta la cocina a tomar agua… aunque estaba segura de que ese momento no lo olvidaría jamás.

  Ya no volvió a mirarme con intensidad como lo hacía antes, y se limitaba a lo justo y necesario cuando debía dirigirse a mí. De mi parte paso exactamente lo mismo. Poco tiempo después conoció a una maravillosa chica latina como yo, quien es ahora mi amiga. Yo seguí mi noviazgo con mi oppa como si nada, mi vida en Seúl giraba en torno a el, y hacia como que nunca había existido esa mañana de domingo.

  Pero… a veces, cuando nos encontramos a solas por alguna ignota casualidad, nos sonreímos, recordándonos mutuamente aquel momento ínfimo en que nos entregamos el uno al otro sin más.