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lunes, 17 de octubre de 2011

CONCURSO: Forever


Nombre del Fanfic: Forever
Genero: ROMANCE
Protaginista : Heo Saeng Young y Patricia Osorio
Clasificación:16+

Por:Patricia Osorio
El siguiente Fic, contiene escenas sexuales se sugiere cautela a la lectura. Cualquier parecido con otro es mera coincidencia, está realizado por diversión y sin fines de lucro.


Era posible estar tan emocionada, mi corazón latía a mil por hora, miraba para dentro del establecimiento, solo los soldados que estaban cuidando la entrada observaban mi desesperación de encontrarme de nuevo con él, miraba y me colocaba de puntillas estirando mi cuello lo mas que podía para tratar de ver por arriba de la barrera de la milicia, dos años esperando hoy era el día que saldría de ese lugar y deseaba ser la primera que él viera al  salir de allí.

¡¿Como lo conocí?¡ mal educada de mi parte el no contar mi historia. Recuerdo aquel día como si fuese ayer



Mi historia comienza el día que fui  al cementerio privado Secret Garden, en el centro de Seúl, a dejar flores a mi madre que hacía unos días había fallecido, mi corazón estaba destrozado por tan irreparable pérdida, me coloque frente a su tumba reclamándole el porqué de su partida peleaba con Dios, el hecho de encontrarme sola, sin ella, que sería de mí de ahora en adelante sin el apoyo, protección, consuelo y aliento, bien dicen que cuando perdemos a alguien no es porque lo extrañaremos sino la falta que nos hará en nuestra vida, lloraba inconsolable, no había nadie en ese momento que pudiera siquiera sacarme de ese horrible sentimiento que se apoderaba de mi alma, alma que se encontraba totalmente abatida y desamparada por el duelo del ser que me había dado la vida. Lloraba ante la impotencia de no poder haber hecho algo, lloraba por el dolor que ella había sentido, se había hecho lo imposible pero el cáncer invasivo había sido fulminante.

Reconocí que el duelo debía de ser así el dolor se apoderaba de mi mente para siempre no existía en mis palabras para siempre era una palabra que en pocos oportunidades pronunciaba, ese concepto no lo tenia establecido como mío, estar para siempre con este sentimiento no lo haría,  trate de salir de esa pesadez y luego de llorar lo suficiente y maldecir encontré desahogo en eso, convencida que me sentía un poco mejor le prometí a ella que trataría de seguir adelante, trate de limpiar las lagrimas que se encontraban en mi rostro, tome con enfado y sin cuidado la bolsa que se había caído a los pies donde me encontraba. Me encamine al estacionamiento donde me acomode dentro del auto y trate de llamar a mi amiga Maggys, ¡Sorpresa el celular no se encontraba en mi bolso!, lo busque dentro del auto.  Salí abruptamente del mismo para tratar de ver si lo encontraba donde momento antes había estado, en vano fue buscarlo, furiosa y de mal humor choque con alguien que se interponía en mi camino, de mala gana masculle una disculpa no muy sincera, alargo su mano entregando el aparato que hacia minutos buscaba afanosa.

Con una voz fingida haciendo referencia a un actor de la televisión dijo ¡Buscaba esto!  La voz era inconfundible y demasiado cómica para estar uno serio, por lo que la risa fue imposible detenerla deje escapar una sonora carcajada, lo vi de frente y su linda sonrisa me dejo impactada, nos vimos a los ojos, el instante fue sublime me veía con ternura. Con dulce voz me dijo ¡Eres más linda cuando ríes que cuando lloras!* sus palabras me dejaron atónita, no supe que contestar, solo di un sincero ¡Kansamida! tome el celular realice una venia y me aleje asustada, ¿Me habría visto? ¿ Era posible que escuchara todo lo que decía frente a la tumba? ¡Incluso mi mal vocabulario!, ante la probabilidad que hubiese escuchado mi catarsis, me llene de pena y en el auto me sonroje ante lo sucedido.

Lo arranque y me fui lo antes posible de ahí, al llegar al apartamento, el aparato vibro, era un mensaje de texto en el cual, decía “llegaste bien y te encuentras ya en tu apartamento cuídate”  el nombre me era desconocido y solo lo repetí en mi mente.

El timbre de la puerta me saco de ese momento, era la casera que venía pedir la renta del apartamento, pague para luego seguir con mi diario vivir.

Los días siguieron su curso parecía autómata, aunque había prometido seguir adelante con estoica firmeza, seguí mi vida la cual hasta el momento no salía de su nube gris con lo que lo veía el mundo seguir su rumbo sin ningún ánimo, el luto me tenia totalmente apagada, esa pesadumbre se disipo al momento de vibrar de nuevo mi teléfono, con un mensaje de él, Hay una melodía exquisita en todos los corazones, si escuchamos con atención, podemos escuchar el canto de otros”.  

Me encontraba tan ensimismada en todo lo que había sucedido, que no tomaba en cuenta que existía más gente en la cual podría escuchar un canto diferente y que ayudaría a que mí alrededor pintara de otro color, ese hermoso texto hacia que esbozara una sonrisa al recordarlo también.

Maggys se rio al darse cuenta lo tonta que me veía al observar el celular y repetir su nombre en voz baja, al sentirla cerca le sugerí salir a cenar, el escucharla hablar tan efusivamente de la vida y contar sus anécdotas, era suficiente para llegar a la conclusión, oír el canto de otros ayudaba a que el mío también se llenara de esa dulce canción.

Llegue a mi apartamento y esperaba otro mensaje de texto, me dormí viendo como estúpida el teléfono,  no llego otro, ¿¡Que era lo que sucedía ¡? ¿Por qué no llamaba y tomaba al toro por los cuernos?  ¿Qué le diría? Eran muchas preguntas, en mi algarabía había sido descortés, no había enviado un gracias en ninguno de los dos mensajes, inmediatamente tome el aparato coloque una linda foto y dije ¡Kansamida! Borre la foto treinta veces, hasta que me convenció y lo envié.

Los mensajes seguían llegando, la comunicación seguía a través de internet, twitter y por supuesto mensajes de texto. Eran de aliento, alegría, deseándonos uno a otro un buen dia o simplemente decir buenos días entre ambos.

Al fin se llego el día el celular sonó, al ver el identificador era él, lo tome con nerviosismo y trague un poco de saliva para contestarle, al escucharle revoloteo algo en mi estomago, parecía que era una chiquilla, trate de sonar lo más calmada posible, la plática siguió por dos horas, contándonos de todo un poco, al  rato reconocí, que su voz era amable, paciente, firme en sus respuestas, las risas entre ambos al escuchar anécdotas tontas sucedidas en lugares poco comunes, deben de haber interrumpido a los vecinos de los otros apartamentos cosa que poco me importo.  No deseaba colgar necesitaba seguir escuchando su voz, que resonaba en mi oído era evidente que ninguno de los dos deseábamos eso por lo que la despedida fue un tanto difícil pero ya  la oreja pedía descanso al igual que el cuello nos dijimos hasta luego descansa, cual caracol de mar trataba de volver a escuchar su armoniosa voz cuando me fui a la cama. A esa llamada siguieron otras donde el tiempo no importaba solo escucharnos el uno al otro, su conversación era amena, encantadora, no me recuerdo que hablábamos solo que era ameno, divertido y sincero.

Luego de varias llamadas llego nuestra primera cita, me arregle lo mejor que pude, fue extraña el me llevo a un club de artistas aficionados me indico que me acomodara en la mesa frente al escenario y ahí me dejo, al buen rato anunciaron al que en esa ocasión cantaría yo lo buscaba afanosa, pero era en vano no le encontraba, mi sorpresa fue grande al verle en el escenario sentado en un banco alto con una guitarra en la mano, canto tan afinado, llegando a notas  altas las cuales ni en sueño podría haber oído, la ovación era de esperarse, estaba enmudecida ante el espectáculo, las chicas gritaban su nombre, el sencillamente les dio una sonrisa y se bajo para sentarse a la par mía, se escucho murmullos cuando se acerco a mi lado, noto mi nerviosismo a la cual me dijo que nos retiráramos del lugar.

Salimos  yo lo veía intrigada al  no saber esta faceta de su vida, solo me explico que le daba mucho pena, que por esa razón no había mencionado su hobby, yo lo miraba con admiración con cara de boba, pues reconocía que podía vivir perfectamente de eso. Estaba absorta viéndole cuando tropecé sin querer, al tratar de  ayudarme  jalo mi brazo con fuerza y nuestros cuerpos quedaron de frente levante mi rostro para encontrarme con su sincera sonrisa acercándose a mis labios, roso los mismo con suavidad, para luego sentir su tibio aliento sobre mi cara.  Cerré los ojos y él me apretó contra su ancho pecho, con fuerza me aferre a él.  No hubiera querido separarme. En el trayecto tomo suavemente mi mano y me dirigía por donde caminar hasta que llegamos a su auto.

Delante de la puerta de mi apartamento se despidió, se acerco para volverme a dar un beso, esta vez no fue de sorpresa, lo esperaba y lo necesitaba. Me tomo por la barbilla acomode mi rostro y lentamente, nos besamos moviéndonos cautelosamente conociendo nuestros labios y rosándonos con la lengua, apasionadamente me apretó contra él, demando mas, acaricio mi espalda hasta la última vertebra la cual vibro dentro de mí, yo me aferre a su cuello, acariciando su cabello entre mis dedos, la falta de aliento hizo que lentamente nos separamos. Me sonroje por lo sucedido y el solo  sonrió, dejando ver de nuevo su lindos hoyuelos que me conquistaba solo con verlos. Nos despedimos y entre rápidamente a mi apartamento me recosté sobre la puerta, cerrando los ojos toque mis labios tratando de volver a revivir ese beso.

Las citas siguieron de una a una, salidas a ver el rio Han, para ver  las luces de Seúl como se reflejaban en sus aguas, jugábamos en la orilla del mismo, viendo la luna que también ayudaba a que fuera perfecto, redonda en todo su esplendor nos miraba expectante ante la presencia de dos amantes que pedían deseos a la luna y las estrellas.

Me convertí en dependiente de él, de su risa, su melodiosa voz, de su mera presencia y su aroma que dejaba al alejarse me volvía loca. Era esto para siempre palabra que en mi vocabulario no existía, el eternamente era cursi ridículo me decía podría estar con alguien para siempre o eternamente. La incredulidad llegaba de nuevo a mi cerebro, hacia que todo se desmoronara, lo necesitaba pero y él  a mí la duda se estaba adueñando de mí. Sería posible que fuera una cosa pasajera. Necesitaba comprobar si ese sentimiento era mutuo para entregarme en alma y cuerpo a todo lo que vendría después.

El mayor sacrificio que existía era dar la vida por el otro dejando de existir para que otro existiera, sería posible que alguien podría demostrar eso por mí. Mi pensamiento se lleno de cólera por la falta de seguridad en mi misma en creer en alguien, en depender de alguien, el abandono de mi padre, había dejado múltiples heridas en mi corazón, confiar en alguien y mas del sexo masculino estaba siendo una labor complicada hasta el momento.

Me torne arisca con él, peleas siguieron en los siguientes días deseaba ¡Ese porque! para salir de la intranquilidad, en una cita en las que nada salió bien, salimos del restaurante, los dos frustrados el tratando de entender el porqué de mi actitud, hasta se atrevió a preguntar si estaba en mi síndrome premenstrual, a lo que me enoje y llena de ira cruce la calle sin percatarme que tan cerca estaban lo autos de mí. Escuche el rechinido de llantas, luego al momento alguien me empujaba fuera de lo que posiblemente hubiese sido mi fin.

Lo veía tirado al lado del auto, las ambulancias y paramédico llegaron apuradamente, aborde la ambulancia, lo canalizaron y colocaron medicamentos vía intravenosa pero no reaccionaba, lo examinaban tratando de encontrar el daño, solo dijeron nombre raros, llamaron vía radio que llevaban un paciente en estado delicado. En emergencia lo revisaron rápidamente y fue llevado al quirófano, donde al  tiempo llego el Cirujano, diciéndome que su estado era crítico, necesitaba una transfusión sanguínea, una costilla había perforado el pulmón, lastimado el hígado, me ofrecí como donante sabia que éramos del mismo tipo de sangre por lo que de inmediato, me prepararon, no me separe de él durante su tratamiento, con los días no había mejoría, el doctor informo que por el golpe y el exceso de medicamentos el hígado estaba colapsando esto me llevaba a pensar la posibilidad de perderlo para siempre, ahora llegaba a comprender a cabalidad que existe para siempre, llore y consulte si podía ser la donante para que el existiera no pensé en que podía morir simplemente me ofrecí, me explicaron las complicaciones de dicha operación, exámenes de compatibilidad se realizaron, todo estaba perfecto. 


Fui preparada y solo sentí un gran sueño cuando me colocaron la anestesia, al despertar el estaba a mi lado en una pequeña habitación, del hospital, yo era la única que había hecho todo esto me dolió el verle en ese estado lo amaba definitivamente daría mi mismo ser por tan salo verle abrir de nuevo los ojos, trate de incorporarme pero el efecto de la anestesia me derribo en la camilla, me dieron analgésico con los que dormí por un largo tiempo, la recuperación fue lenta, me dieron egreso antes que a él, lo llegaba a visitar día a día.
Al encontrarse  mejor le dieron de alta,  acordamos vivir juntos, la convalecencia seria un tanto larga, el tratamiento ambulatorio para ambos debía ser supervisado, por lo que para no complicar la situación estaríamos juntos hasta que estuviéramos recuperados, la convivencia al principio fue un tanto extraña pero a medida que el tiempo pasaba no acoplamos a las manías de cada uno, me encantaba los camarones,  la constante repetición en el menú no llego a aburrirle, la sopa de algas no era mi favorita pero la cocinaba cada vez que podía, el kimbap no salía muy redondo pero el sabor era exquisito, el reguero dentro la sala se fue eliminando gracias a solicitud de que le agradaba la pulcritud y orden dentro del apartamento.



Cuando nos sentimos una mejor condición, realizamos una pequeña ceremonia en la azotea del edificio donde vivíamos, la luna de Sacerdote y las estrellas de testigos fueron los invitados donde nos juramos respetarnos, cuidarnos y amarnos, no había necesidad de papeles quizás más adelante pasaría, pero con eso era suficiente, un anillo en mi dedo otro en el de él, sencillos pero de oro blanco.

Al terminar nos dirigimos al apartamento, me tomo en sus brazos y con dificultad abrió la puerta para luego entrar, entre risas me coloco en la cama. Me vio a los ojos y me beso, con delicadeza, rosando mis labios con los de él, el jugueteo con la lengua siguió, para luego besarme el lóbulo de la oreja, diciéndome que me amaba y que me necesitaba junto a él, yo también respondí y lo bese en el cuello suavemente, acaricio mi muslo tratando de apartar lo que impedía estar cerca, la ropa en ese momento estaba haciendo estorbo, por lo que me gire para que bajara el zipper de mi vestido, este salió al igual que su camisa, su pecho sobre el mío mientras acariciaba poco a poco mi espalda, al momento de acariciarme dejaba una estela de besos en mis senos y sus manos recorrían cada rincón de mi cuerpo los besos y caricias fueron haciéndose mas intensas, sentí como ellas se dirigían con mucha cautela hacia mi sexo, con sus dedos se detuvo por un momento al percibir una protuberancia en él, la acaricio y gemí de placer,  sentía como todo mi cuerpo suplicaba con frenesí mas, su respiración acompasada por momentos se hacía más rápida, se abrió paso poco a poco, tratando de no lastimarme, el dolor era placentero algo cedió dentro de mí, por lo que un quejido salió, se quedo quieto dentro mi y beso mi lagrima que salió al sentirlo dentro, espero a que mi cuerpo se acomodara al suyo, con ritmo lento pero apasionado siguió la danza de amor en donde yo era la principal protagonista, poco a poco sentí como los movimiento se hacían más fuertes para que luego mi espalda se arqueara al sentir la electricidad que se apoderaba  de mi recorriendo cada milímetro de piel, al observar mi reacción su ímpetu fue más fuerte para luego de un rato terminar con un fuerte jadeo, exhaustos y con nuestro cuerpos sudorosos se recarga sobre mí para luego acurrucarnos, afuera estaba helado pero la habitación ardía ante dos amantes que se entregaban el uno al otro en una total explosión de deseo, amor y pasión.
  Al otro día me levante, lo vi recostado y me levante despacio lo veía embelesada dormir, al tratar de alejarme, me jalo hacia a él, su cuerpo desnudo junto al mío era detonante para iniciar de nuevo una danza interminable de caricias y besos,  ante el arrebato de ese día quedo al lado mío, descase  en su brazo y me abrazo con fuerza.

Los días transcurrieron, una tarde que llegue de trabajar como siempre lo hacía deje mis zapatos para colocarme las pantuflas, ese día había llegado temprano cosa que no siempre ocurría, mi trabajo era demandante en el hotel donde por mi conocimiento del idioma ingles y español, tenía un buen puesto. Me dirigí a la habitación y me dedique a arreglar llamo la atención un pequeño sobre que se encontraba dentro del traje, sorpresa era la notificación con su nombre y que debía de presentarse para fin de mes para realizar su servicio militar.

Me enoje esto tenia fecha poco antes de nuestro juramento. La discusión era de esperarse al llegar a la casa, trato de disuadirme pero mi enojo  era demasiado, me sentí engañada y totalmente tonta, me dirigí al apartamento de Maggys, trato de calmarme pero me encontraba indignada, por el hecho de no saber de esa notificación. Luego de esa noche me calme, era irremediable el debía de irse y con enojarme no detendría el hecho que debía de estar dos años lejos de mí, tal vez esa era la verdadera razón de mi enfado y no con él.

La despedida fue dolorosa para ambos pero así debía de ser...

La franquicia que los padres de mi amor le habían dejado luego de fallecer, ayudaba que nuestra situación económica fuera bastante cómoda. Mi trabajo fue relegado para hacerme cargo de ella durante el tiempo que durara el servicio militar.

Asunto que hoy llegaba a su cumplimiento, ¡Omma! Esa pequeña palabra me sacaba de la ensoñación en la que estaba al contar mi historia, era! Rie¡ que me jalaba la falda para que le pusiera atención, me puse a nivel de ella para verla y al ponerme de pie, me tope con él que me miraba expectante, solo le dije es nuestra hija, la tomo en brazos y la beso para luego tomarme por la cintura y decirme al oído te extrañe, para yo responderle yo te extrañe mas, agarre con fuerza su mano y nos  dirigirnos hacia el auto y llevarnos a nuestro hogar. Maneje durante el trayecto y solo me veía con una sonrisa para dejar de nuevo sus hoyuelos, hubiera querido que escuchara mi corazón como en cada latido decía ¡Te amo Young Sang para siempre!

*Palabras del Manga Candy, Candy, autora Kyoko Misuki, mangata  Yumiko Igarashi. Todos los derechos de autor.
Autora: Adazura del Cid


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6 comentarios:

Maggy dijo...

>.< GRACIAS muchas GRACIAS ^u^

Ana Reyes dijo...

que hermoso fanfic...me encanto!!

Itzel CarrillO (Sung Huyn Ah) dijo...

wow!!! simplemente wow!! me encantoo!! tan linda historia..jeje la vdd no se porke pero el no me cae jeje..pero gracias a tu fic ya lo acepto jojjo!! tan lindo!! la vdd me encanto, el tan lindo y amable y con sonrisa de encanto!!1...y la nena del final!!

komawo por compartirlo!!

Anónimo dijo...

Gracias Maggy!!! y de nada!!! por prestarme tu nombre a esta loca historia!!!! jajaja!!!

Adazura dijo...

Adazura!!!!
Gracias Ana Reyes
Que bueno que te gusto Fan Fic!!!

Adazura dijo...

Jajajaj Como que no te gusta Heo Young Sang es hermoso y canta lindo!!! jajajaj Si en el grupo no se le dio mucho realce pero es muy lindo!!!! Pero que bueno que gracias al Fic te agrade e
él!!!!

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